A solas con el Sr. Darcy....
Elizabeth Bennet no puede imaginarse nada peor que quedarse varada por una ventisca en una casita de campo con el orgulloso y desagradable señor Darcy. Pero estar atrapada allí durante días -y noches- con un Sr. Darcy herido y confuso que no deja de decir las cosas más extrañas sobre ella es aún peor. Al menos él posee la útil habilidad de encender un fuego para evitar morir congelados. Pero cuando él la rodea con sus brazos, ella descubre que la chimenea no es el único lugar donde él sabe encender fuego. Y el gatito medio congelado que él encuentra en un montón de leña no está demostrando ser un buen chaperón.
Ella no cree realmente sus promesas de casarse con ella si alguien descubre que han pasado dos noches juntos a solas, sobre todo después de enterarse de que él fue traicionado por otra mujer en el pasado. Cuando sus peores temores se hacen realidad y su reputación queda por los suelos, no se sorprende al descubrir que el señor Darcy se ha esfumado, lo que no le deja otra opción que encontrar un marido lo antes posible antes de que toda su familia quede arruinada. Cualquier marido bastará, por mucho que a ella le disguste. Aunque ella no pueda dejar de pensar en el Sr. Darcy....
