La economía mexicana muestra un comportamiento dual, por un lado, un sector empresarial dinámico, con inversiones crecientes, ligado a la manufactura de exportación y comercio internacional y los servicios conformado por grandes empresas nacionales y transnacionales con acceso al financiamiento internacional, tecnología de punta y ganancias elevadas que generan altas tasas de crecimiento en los ingresos netos (EBITDA) y, por otro lado, la micro, pequeña y mediana empresa con escaso acceso al crédito lo que dificulta su permanencia y crecimiento en el mercado, esta empresa depende básicamente del financiamiento de los proveedores en la época actual.