De sobremesa, la novela del poeta colombiano José Asunción Silva, muestra las complejas emociones y sensaciones del fin del siglo XIX, en Latinoamérica. Publicada en 1925, años después del fallecimiento del autor en 1896, esta obra literaria redefine la narrativa al fusionar elementos visuales y emocionales en un mosaico.
La narrativa adopta el formato de diario, enmarcado por un relato introductorio. José Fernández de Sotomayor y Andrade, el protagonista, comparte extractos de su diario con un selecto grupo de amigos durante la sobremesa, tras un festín. La elección del formato del diario trasciende su definición convencional, llevándonos a una travesía emocional que conecta con el alma del lector.
En De sobremesa los elementos visuales son construidos meticulosamente, dando vida a las experiencias sensoriales y las sensaciones del protagonista. Mientras que los aspectos externos se esbozan con agilidad, el mundo interno se explora en detalle, permitiendo al lector fusionarse con las vivencias de Fernández.
Entre los aspectos visuales más distintivos se encuentran las descripciones de Helena de Scilly Dancourt. Su imagen, teñida de lo ultraterrenal, se dibuja con tintes celestiales. Su pelo, tocado por la luz de las velas, emana un halo brillante, transformándola en una figura mística. La representación visual de Helena refuerza su naturaleza inalcanzable, elevándola a un estado de aura que perdura en la mente del protagonista y del lector.
La novela trasciende los límites de lo terrenal, adentrándose en lo sobrenatural y lo espiritual. La búsqueda incesante de Fernández por Helena se convierte en un motif que guía la narrativa. La interacción entre el entorno y las emociones se expresa en términos visuales, creando una atmósfera que fusiona lo físico con lo emocional.
En este libro Saco analiza la historia de los movimientos políticos que pretendían la anexión de Cuba a los Estados Unidos durante el siglo XIX.