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Antes de los veinte años renunció a la literatura e inició una vida de aventuras y viajes: se enroló en el ejército colonial holandés del cual desertó, recorrió Chipre, Egipto y otras partes de África, fue traficante de armas, explorador y trabajó en los más diversos oficios. Un tumor en la rodilla lo hizo retornar a Francia, pero su agravamiento tras la amputación de su pierna le causó la muerte a los treinta y siete años. Rimbaud hizo imprimir una edición de Una temporada en el infierno pero solo obtuvo unos pocos ejemplares, que repartió a algunos amigos, entre ellos el poeta Paul Verlaine, con quien había tenido un tormentoso amorío que incluyó hasta balazos. El resto de los ejemplares quedaron en la imprenta por el no pago de sus servicios hasta que en 1901 un bibliófilo belga recuperó la edición completa. En una carta previa a la publicación de Una temporada en el infierno, Rimbaud da como posibles títulos Libro pagano o Libro negro, habla de esta obra como un «libro brutal e inocente» y agrega : «mi suerte depende de este libro».
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