Para Colin St. John Wilson, el valor de un edificio no reside en su correspondencia con un ideal preestablecido, sino en la destreza con la que se adapta a las contingencias prácticas. Precisamente este libro es una llamada en favor del entendimiento de la arquitectura como un arte práctico. Publicado originalmente en 1995, esta obra se ha convertido en un texto clave en la revisión de los postulados fundamentales de la ortodoxia del Movimiento Moderno en arquitectura. Esta edición incluye un prólogo de la profesora Emilia Hernández Pezzi y un epílogo del profesor Rodrigo de la O.