La enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) sigue extendiéndose por todo el mundo, provocando momentos difíciles para muchas economías y sectores, entre ellos la agricultura. El virus ha planteado graves problemas para el funcionamiento sostenible de los mercados agroalimentarios. Hasta el 1 de mayo de 2020 se habían confirmado más de 3,2 millones de casos y más de 231.000 muertes. La OMS sigue informando de un aumento continuo del número de casos, y la pandemia se está extendiendo a prácticamente todos los países del mundo. Tras la primera conmoción, muchos periódicos han empezado a publicar artículos sobre los diferentes efectos del virus relacionados con la agricultura. Aunque, como es lógico, los primeros artículos se limitaban a hablar de la importancia de quedarse en casa, con el paso del tiempo se han ido haciendo análisis más complejos de los distintos efectos. Aunque carecemos de suficientes datos a largo plazo para analizar adecuadamente sus impactos globales sostenibles, la comunidad científica, así como las partes interesadas de la industria, están buscando conocimientos e información sobre los efectos a corto y largo plazo de la pandemia.