Prisio?n de Spandau, an?o 1954. Albert Speer, ma?s conocido como el arquitecto de Hitler, decide, a mitad de su condena, caminar alrededor del mundo. El otrora ministro construye una pista en el patio de la prisio?n y comienza a caminar por ella con fervor. Gracias a un registro meticuloso de los kilo?metros recorridos, puede marcar en mapas su avance.El punto de partida es la ciudad de Berli?n. El viaje imaginario, sin salir de su riguroso encarcelamiento, lo lleva por Europa del Este y Asia, a trave?s del estrecho de Bering y a lo largo de la costa oeste de Ame?rica del Norte. Esta fabulosa novela desarrolla la idea de "banalidad del mal", que aquejo? a muchos intelectuales y profesionales adheridos a la causa nazi, en la figura histo?rica de Albert Speer, quien paso? a la historia como "el buen nazi".Sin embargo, tras su liberacio?n en 1966, se dieron a conocer una serie de documentos que demostraban su cercani?a con los altos mandos y su colosal ambicio?n y obra, revelando que su involucramiento en el Holocausto fue mayor de lo que e?l jama?s admitio?. «A cada paso desmoronaba su identidad y en el proceso hallaba un misterioso placer de decadencia y de ligereza.»
Prisiön de Spandau, an~o 1954. Albert Speer, mäs conocido como el arquitecto de Hitler, decide, a mitad de su condena, caminar alrededor del mundo. El otrora ministro construye una pista en el patio de la prisiön y comienza a caminar por ella con fervor. Gracias a un registro meticuloso de los kilömetros recorridos, puede marcar en mapas su avance.
El punto de partida es la ciudad de Berli¿n. El viaje imaginario, sin salir de su riguroso encarcelamiento, lo lleva por Europa del Este y Asia, a trave¿s del estrecho de Bering y a lo largo de la costa oeste de Ame¿rica del Norte. Esta fabulosa novela desarrolla la idea de "banalidad del mal", que aquejö a muchos intelectuales y profesionales adheridos a la causa nazi, en la figura histörica de Albert Speer, quien pasö a la historia como "el buen nazi".
Sin embargo, tras su liberaciön en 1966, se dieron a conocer una serie de documentos que demostraban su cercani¿a con los altos mandos y su colosal ambiciön y obra, revelando que su involucramiento en el Holocausto fue mayor de lo que e¿l jamäs admitiö. «A cada paso desmoronaba su identidad y en el proceso hallaba un misterioso placer de decadencia y de ligereza.»