Los lectores del Nuevo Testamento pueden encontrar su trato a la tradición de una forma confusa. Muchas de las costumbres en los pasajes son Judías, por lo tanto extrañas a los creyentes no-Judíos. Yeshua (Jesús) algunas veces corrigió estas costumbres religiosas observantes, sin embargo otras veces él dijo que debían ser observadas. Pablo hace lo mismo en sus cartas, y dos veces el instruye a los creyentes no-Judíos de guardar las costumbres Judías que él les paso a ellos. Dentro de los creyentes en Yeshua hoy en día, algunos disfrutan haber incorporado la tradición en su alabanza. Otros han desechado todas las costumbres por considerarlas "hechas por el hombre," por lo tanto completamente extrañas para ellos o peor vistas como el pecado de "añadir" a la Palabra escrita. Hay una forma de determinar la relación entre la Palabra y la tradición, porque la Palabra no nos dejara sin alivio en tal pregunta tan importante. Nuestro Padre quiere que Sus hijos crezcan en sabiduría, madurez y favor delante de El al igual que dentro de sus comunidades. Los métodos usados por los profetas del Antiguo Testamento (TANAK) como también los escritores del Nuevo Testamento (Brit HaJadashah) dejaron pautas para dividir la Semilla de verdad de la tradición, para luego separar una tradición que creció de la verdad de la que creció de una diferente semilla.