Este libro propone una revisión y una interpretación de lo ocurrido desde la disolución de la Unión de las Repúblicas Socialistas Soviéticas a fines de 1991, lo que marcó a su vez la emergencia de la Federación Rusa como Estado independiente. El recorrido llega hasta la actualidad, marcada por el liderazgo de Vladimir Putin. Durante esos veinte años Rusia pasó de ser el nuevo enfermo de Europa bajo el gobierno de Boris Yeltsin agobiado por una serie de transformaciones que se saldaron con un altísimo costo social y la consolidación de una oligarquía con un enorme peso económico y político a una situación en la que la favorable colocación en los mercados internaciones de sus enormes recursos energéticos creó las condiciones para una recuperación del poder del Estado. Jorge Saborido argumenta en defensa de una explicación fuerte: a pesar de los innumerables defectos del régimen, el hundimiento de la Unión Soviética y el fin del socialismo real en manera alguna eran acontecimientos inevitables sino que, por el contrario, fueron el resultado de una revolución desde arriba, impulsada por una figura carismática como Yeltsin, acompañado de un sector de la dirigencia soviética.