La prueba de los amigos. Félix Lope de Vega
Fragmento de la obra
Jornada primera
(Entren Fabio, Fabricio, Tancredo, Fulgencio y otros, de acompañamiento, y Feliciano, con un luto; y detrás de todos Galindo, lacayo, con otro luto a lo gracioso.)
Fabio: Téngale Dios en el cielo,
que, juzgando por sus obras,
mejor padre, muerto, cobras
que le perdiste en el suelo;
tales fueron sus costumbres,
que pienso que, desde aquí,
le puedes ver como allí
se ven las celestes lumbres.
Fulgencio: En mi vida supe yo
dar un pésame, Tancredo.
Tancredo: No me dio cosa más miedo,
ni más vergüenza me dio.
¿Cómo diré que, en rigor,
de consuelo le aproveche:
"¿Vuesa merced le deseche
por otro padre mejor?"
Fulgencio: Eso fuera desatino;
óyeme e imita luego.
Tancredo: ¿En fin, vas?
Fulgencio: Temblando llego.
Como el gran padre divino
lo es de todos inmortal,
consuelo podéis tener,
que os ha de favorecer,
Feliciano, en tanto mal;
su falta se recupera
con poneros en su mano.
Fabricio: No es posible Feliciano
que en vos Everardo muera,
quedando tan vivo en vos,
que sois su traslado cierto;
pero guárdeos Dios, y al muerto
téngale en su gloria Dios.
Félix Lope de Vega y Carpio (Madrid, 1562-Madrid, 1635). España.
Nació en una familia modesta, estudió con los jesuitas y no terminó la universidad en Alcalá de Henares, parece que por asuntos amorosos. Tras su ruptura con Elena Osorio (Filis en sus poemas), su gran amor de juventud, Lope escribió libelos contra la familia de ésta. Por ello fue procesado y desterrado en 1588, año en que se casó con Isabel de Urbina (Belisa).
Pasó los dos primeros años en Valencia, y luego en Alba de Tormes, al servicio del duque de Alba. En 1594, tras fallecer su esposa y su hija, fue perdonado y volvió a Madrid. Allí tuvo una relación amorosa con una actriz, Micaela Luján (Camila Lucinda) con la que tuvo mucha descendencia, hecho que no impidió su segundo matrimonio, con Juana Guardo, del que nacieron dos hijos.
Entonces era uno de los autores más populares y aclamados de la Corte. En 1605 entró al servicio del duque de Sessa como secretario, aunque también actuó como intermediario amoroso de éste. La desgracia marcó sus últimos años: Marta de Nevares una de sus últimas amantes quedó ciega en 1625, perdió la razón y murió en 1632. También murió su hijo Lope Félix. La soledad, el sufrimiento, la enfermedad, o los problemas económicos no le impidieron escribir.